Con el cuerpo, la base y la tapa terminados hacemos los paneles de adorno de los laterales. Como veis llevan un evangelista y un ángel debajo de un arco de medio punto creados también mediante pincel y mezcla de aguaplast y cola. Una vez seco se pinta color marfil.
Ahora colocamos una base en la parte superior del cuerpo mediante chapas de jaulas para que nos sirva de contenedor a lo que guardemos en la tapa.
Envejecemos todo con la cera y el betún de judea. Para ello calentamos la cera y, fuera del fuego y antes de que se enfríe, incorporamos el betún de judea a la cera caliente y mezclamos. Mucho cuidado con esta operación, ya que es muy inflamable tanto una cosa como la otra, así que ojo como lo hacéis. De todos modos creo que se vende ya cera hecha para envejecer. Le damos a todo muy bien con una muñequilla, frotamos con trapo de algodón y damos más capas hasta alcanzar la vejez que deseamos para el cofre y una vez seco o al día siguiente barnizamos con gomalaca una capa, dejamos secar, lijamos y otra capa más y volvemos a lijar. Montamos los paneles laterales, los de los ángeles, encolándolos y clavando unas puntas con cuidado. ponemos el cuerpo en la base y lo encolamos o clavamos por debajo. Ponemos las columnillas y rellenamos con un poco de mezcla dando forma y después pintando en marfil y envejeciendo.
Ponemos la tapa con las bisagras y dos cadenas para que no se nos vaya muy hacia atrás al abrirla. Pintamos en los cajones unos adornos con mezcla y los envejecemos y barnizamos; si se quiere se forra el interior de los cajones y de la tapa con fieltro de color o una tela mismo. Y ya tenemos nuestro cofrecillo hecho.
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